Entre mayor sea la exigencia, mayor frustración tendremos. Tenemos que aprender a fallar sin sentir culpa, no siempre las cosas serán como las planeamos y tampoco siempre querer es poder. Equivocarse es de humanos, esa es la esencia de ser imperfecta.
Nuestro tiempo siempre está tan ajustado con actividades, que actualmente las mujeres no nos permitimos fallar, ¿Cómo voy a fallar si estamos en la etapa del empoderamiento femenino? Muchas pensamos que debemos hacer todo perfecto y que podemos con todo…
Pero se vale darnos la oportunidad de fallar, esto no quiere decir que fracasemos o echemos nuestro trabajo abajo, simple y sencillamente somos seres humanos, si bien somos multitask pero llegará un punto en que la mente necesita resetearse.
Bájale dos rayitas
Estoy en la etapa de aprender a bajarle a mis exigencias conmigo misma, no importa si fallo en algún momento en el trabajo al no alcanzar la meta de productividad, si mis finanzas no están al cien, si mi casa es un caos o si hoy no me sentí bien en mi entorno, se vale darte un respiro de «tener que hacerlo todo bien».
Al principio la culpa me invade y me hace tener pensamientos negativos hacia mí, pero también me doy cuenta que no afecta en gran magnitud, sólo es un instante, después volverás a retomar tu ritmo.
Te invito a que analices… ¿Cuánto te estás exigiendo ? ¿Lo haces desde la presión social, o de tu costumbre interna por no fallar ? ¿Qué tanta carga emocional estás acumulando?
Si tus respuestas son menos satisfactorias te recomiendo resetear, a través de una meditación guiada que te ayude a relajar tu mente.
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