Definitivamente nunca vamos a estar preparados para una muerte tan inesperada como la de un bebé, por lo que es normal no saber qué decir o qué hacer. 


A lo largo del último año, he tenido el honor de acompañar a muchas mamás y papás que han tenido que despedirse demasiado pronto de sus bebés.

La muerte gestacional y perinatal toca la vida de todas las personas que se encuentran alrededor de los padres y que esperaban con ilusión la llegada de ese bebé. La mayoría coincide en que en estos momentos tan dolorosos a veces lo único que necesitan es un abrazo.

Hay algunas frases que son mejor evitar decirle a una mamá y a un papá que acaban de experimentar la muerte de su bebé:

“Eres joven, después tendrás otro bebé”

Para esa pareja, ese bebé es único y es irremplazable por lo que el hecho de saber que después podrán tener otro hijo no aminora el dolor por este bebé que ya no regresará.

”Mejor ahora que más adelante”

Para los papás jamás va a haber un mejor momento para despedirse de su bebé.

”Entiendo tu dolor, sé por lo que estás pasando”

Aunque hayas pasado por lo mismo, el dolor de cada quién es único, por lo que no podemos saber exactamente la forma en la que los padres pueden estar sintiéndose.

“Ahora está en un lugar mejor”

Para una mamá y un papá, no hay mejor lugar para su bebé que sus brazos.

”Se fuerte, no llores”

Los papás necesitan permitirse sentir el dolor para poder procesarlo y transformarlo. Si guardan sus emociones lo único que sucede es que el duelo queda congelado con riesgo de aparecer más adelante y de una forma más intensa.

“Agradece por tus otros hijos”

El que alguien exprese el dolor que siente por el bebé que se ha ido no significa que no agradezca y valore a sus otros hijos, simplemente necesita llorar por este hijo que no se ha podido quedar.

“El tiempo lo cura todo”

Si no hago nada en ese tiempo para transformar el dolor definitivamente la herida seguirá abierta y seguirá ardiendo cada vez que la toquemos.

“Así lo quiso Dios”

La muerte perinatal y gestacional cuestiona la propia fe por lo que en ese momento es muy difícil entender por qué Dios habría querido que algo así sucediera.

”Todo tiene un por qué”

Una de las preguntas que más se hacen los padres es justamente ¿Por qué mi bebé y por qué a nosotros? La mayoría de las veces, en esos momentos es muy difícil poder encontrar las respuestas, a veces no hay nada que alcance para aminorar ese dolor.

Muchas veces, lo que los padres necesitan en ese momento es poder ser escuchados, que se valide su sentir, que se reconozca a ese bebé que hoy ya no está y que se les permita poder vivir su duelo. Respetar el tiempo y proceso de cada uno es muy importante para que logren resignificar la experiencia y puedan transformar su dolor.