¿Y si vuelves a empezar? ¿Y si falta una sola vez más? ¿Y si no llega? ¿Valdrá la pena? ¿Y si lo estoy forzando? ¿Y si mejor ya no lo intento? ¿Podré ser mamá?


La infertilidad es un camino incierto, silencioso y emocionalmente muy desgastante, pasamos de la alegría a la frustración en segundos. Por momentos creemos tener el control entre más avanzamos en los tratamientos, por otro lado sabemos que realmente no tenemos el control de nada en lo absoluto.

Es un camino emocionalmente desgarrador porque el resultado no es proporcional a tus ganas y esfuerzo, uno se esfuerza por adelgazar y lo logra, se esfuerza por comprarse algo y lo consigue.

¿Querer es poder?

En el mundo cotidiano lo anhelas, lo consigues, lo quieres lo compras, pero aquí las cosas no funcionan así, la infertilidad es la ruleta rusa, una apuesta, a ciegas intentas e intentas con un poco de fe y un mundo de miedos, pero con una ilusión más grande que tus miedos, te atreves a soñar, a imaginar cómo sería si…

Y esa ilusión, es la que nos hace levantarnos una y otra vez y continuar.. a mi me gusta llamar a esta fuerza de seguir intentando, la intuición femenina, porque algo en tu interior te dice que debes continuar, como si tuviéramos la certeza que al final del túnel están nuestros hijos esperando por nosotros.

Como si en las noches nos susurrarán al oído mamá no te rindas que falta poco, no tiramos la toalla, porque preparadas emocionalmente o no, allá vamos de nuevo por un nuevo estudio, medicamento o procedimiento, a ciegas porque aunque creemos conocer los términos, una parte de nosotras sigue cuestionándose lo que vivimos día a día.

Y empiezan las dudas…

¿Y por qué a mí? ¿Por qué a todo el mundo se le da tan fácil? ¿Por qué unas mujeres abortan, y yo, que sería una gran madre, no puedo?

Y continuamos sonriendo, seguimos adelante con nuestra vida normal con una nostalgia guardada en el pecho esperando el cómo sí.

Pero te diré algo si llegaste hasta aquí y te identificaste, este tiempo, esta incertidumbre no durará para siempre, sea cual sea el resultado, es un tiempo, un proceso que tiene principio y fin.

Si bien es un camino cansado y doloroso, también lo es uno lleno de mucho amor por alguien que con mucha fortuna tarde o temprano llegará.

Infertilidad es un mundo de dualidades es amor y sufrimiento, es dolor y esperanza, es irá y aceptación, es miedo y alegría, es lagrimas y sonrisas, es nadar contra corriente, contra pronósticos, contra la edad.

La infertilidad es aferrarse a un sueño que en el fondo sabes que cuando llegue todo habrá valido la pena, es abrazarse a la fe porque la fe no es ver, tampoco sentir, es creer.