¿Cuántas veces te has sentido desanimada porque tu emprendimiento no te da los resultados que esperabas? Si tu respuesta fue: muchas veces, no eres la única Mujer Emprendedora que ha estado en esa situación.


Todas pasamos por esos momentos en los que sentimos que es tiempo de tirar la toalla y regresar a nuestro trabajo de oficina, porque a pesar de lo que los grandes gurús de los Negocios y Marketing Digital recomiendan, tu cuenta de Instagram sigue teniendo 100 seguidores, tus anuncios de Facebook no generan ventas, tus contactos de WhatsApp hacen caso omiso a lo que compartes a través de ese medio, etc. Y debido a estos “números bajos,” dejas de prestar atención a la pequeña cantidad de personas que siguen tu contenido o a los pocos clientes que has adquirido, automáticamente te saboteas y piensas que ser emprendedora no es para ti.

Ten en cuenta que estas “métricas,” son solo números que realmente no deberían interponerse en tus objetivos, ya que mayor número de seguidores no significa más clientes.

La pregunta correcta

Pero si realmente quieres generar un cambio en tu negocio, es momento de reinventarte y analizar a profundidad lo siguiente:

¿Quiero un negocio porque estoy aburrida de mi trabajo de oficina y porque necesito más ingreso? O ¿Tengo un mensaje que deseo comunicar al mundo, para ayudar a otras personas? Si tu respuesta fue sí a la primera pregunta, tu cuenta de Instagram seguirá teniendo 100 seguidores y cero ventas; pero, si tu respuesta fue sí al deseo de comunicar un mensaje para ayudar a otros, las personas que se identifiquen con lo que deseas comunicar comenzarán a seguirte en redes sociales, y eventualmente se convertirán en tus clientes.

Ahora me preguntarás: ¿Cómo defino el mensaje que voy a comunicar?
¡Muy sencillo!

Es la chispa que hay dentro de ti, son tus años de experiencia como docente de primaria, es tu habilidad de crear esos deliciosos postres o comidas saludables que otras mamás no pueden cocinarle a sus pequeños, es el proceso de sanación que te ayudó a superar la pérdida de un ser querido, etc.

En pocas palabras, tu mensaje es aquello en lo que eres buena o esa fórmula que te ayudó a resolver un problema y que podría ayudar a muchas otras personas. Cuando encuentres tu don y lo comiences a compartir, estarás trabajando en tu propósito de vida, y si esto lo sumas a las estrategias de marketing y negocios que tus gurús del internet te comparten, habrás creado un negocio que impactará la vida de muchas personas, las cuales se sentirán agradecidas contigo y automáticamente la vida te recompensará.

No sólo se debe encontrar al cliente

Lo anterior suena maravilloso: “Encontrar mi propósito de vida y predicar mi mensaje todos los días para atraer a mi cliente ideal,” pero eso no es todo. No te olvides que además del éxito profesional, se encuentran las pequeñas cosas que las personas llegan a subestimar debido a que el mundo nos enseña que éxito es igual a 100 mil seguidores en Instagram, 300 mil reproducciones en Spotify… etc. Pero en realidad, sentirse agradecida por lo que se encuentra a nuestro alrededor equilibra la mente y el cuerpo, es la gran diferencia entre ser «Emprendedora» y «Empresaria».

Por ello, si quieres cambiar “las métricas” de tus redes sociales o incrementar tus ventas, mi recomendación el día de hoy es: Encuentra tu mensaje y comienza a predicarlo, a su vez, agradece cada mañana por la oportunidad que la vida te da de vivir un día más para predicar tu mensaje, agradece por los clientes que creyeron en ti y compraron tus productos o servicios, celebra los logros de tus alumnos de tu curso digital, etc.

Cuando pongas en practica lo anterior, te darás cuenta de que, el dinero, los viajes, los miles de seguidores, etc. son consecuencia de impactar positivamente la vida de las personas.

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