Estoy segura que para cada una de nosotras la pandemia ha traído grandes retos, dificultades y la necesidad de adaptarnos a una situación sin precedentes. Al inicio, y seguramente como tú, tuve muchas emociones encontradas, por una parte sentía cierto gusto por la oportunidad de pasar más tiempo en casa con mis hijos, por otra parte sentía un temor inexplicable por la emergencia de salud, y también, sentí la presión del trabajo como nunca antes.
La cuarentena no duró cuarenta días. Lo que creíamos y planeamos para nuestro breve pero intensivo encierro, se fue transformando con el paso de los días y las semanas. Poco a poco el trabajo se fue intensificando, estar en casa 24/7 con la laptop casi a total disposición de mis pendientes laborales me llevó a un agotamiento extremo acompañado de una crisis de ansiedad.
Es una realidad que cuando no estamos bien con nosotras mismas, todo lo que está a nuestro alrededor, llámese familia, pareja, hijos, trabajo, hogar, puede no fluir de manera correcta. Después de una fuerte crisis emocional, opté por hacer consciencia de mi situación y con mucho trabajo, esforzarme por empezar a ver la situación desde una nueva perspectiva.
Lograrlo no ha sido fácil, pero compartirte las 5 cosas que me han ayudaron a cambiarme los lentes y darme la oportunidad de enfrentar esta realidad con unos nuevos zapatos y empezar a enfrentar mi mayor reto de vida: Ser mamá profesionista en pandemia.
1. Mis redes sociales
Las redes sociales pueden ser una herramienta invaluable, si se saben manejar. Yo seguía cuentas de mujeres «perfectas», esas cuentas que te muestran vidas irreales, incluso anhelaba algún día alcanzar una vida así. Un día, haciendo un ejercicio de profunda reflexión me di cuenta que ese comportamiento, lejos de ayudarme a crecer como persona, me estaba llevando a la frustración.
Hice una limpieza de cuentas, analicé fríamente qué cuentas estaban realmente aportándome contenido de valor y me deshice de aquellas que no me sumaban. Es impresionante el cambio que puedes lograr al hacer modificaciones en la información y estímulos visuales que recibes en la intimidad de tu relación con tu smartphone.
2. Mis pensamientos
Empecé a leer sobre la fuerza de los pensamientos en nuestra vida cotidiana, de cómo realmente los pensamientos que tenemos pueden volverse un hábito o un vicio.
Cuanto más tenía una idea en mente, más me la creía, hice el experimento… ¿y si empiezo a tener ideas positivas? Créeme querida lectora, mi realidad se convirtió en una nueva realidad.
3. Mi red de apoyo
Al inicio de la pandemia mi vida familiar fue un caos: casa, niños, trabajo, pareja, economía… ¿Cómo iba a poder lidiar con todo?
Me sentí realmente rebasada, pero no quería aceptar que necesitaba ayuda; quería ser esa “mamá perfecta” que todo lo puede. Un día mi ansiedad llegó al límite y entendí que pedir ayuda no solamente es válido, sino que también es necesario.
Aceptar la ayuda de las personas que te quieren es importante, pero más importante aún es AGRADECERLA.
4. Valorar lo que sí tengo
Es muy fácil pensar en las miles de millones de cosas que no tenemos y que queremos. Es muy frustrante pensar que si tuviéramos todas esas cosas que anhelamos, seríamos “más felices”, ya que dejamos de vivir el ahora, pensando en el hubiera.
Un ejercicio que me ha servido mucho es hacer consciencia del presente, pero sobre todo VALORARLO.
Hoy estoy aquí sentada frente a mi computadora, escribiendo este contenido. Puedo valorar que tengo una computadora que funciona y me permite hacer lo que más disfruto en mi vida: trabajar. Tengo mis manos que me permiten teclear, tengo mis ideas y la gran oportunidad de compartirlas en esta increíble plataforma.
5. Animarme a lanzar mi proyecto de vida
Siempre quise ser locutora, pero no me sentía lo suficientemente capaz para hacerlo, también sentía que no tenía el tiempo para iniciar de cero en esta industria. Insisto: cambiar de zapatos y de lentes para vivir nuestra vida desde una nueva perspectiva nos permite ver más allá de nuestras narices.
Fue entonces cuando me dije a mi misma: ¿qué puedo perder? y un día con mi computadora, mis ideas y mi voz, decidí abrir mi podcast: WorkingMom, en donde entrevisto y platico con mamás profesionistas, que como yo: aman su maternidad y su profesión.
El aprendizaje que he empezado a obtener con este proyecto ha sido mucho más del que esperaba, me ha dejado las satisfacciones personales más trascendentales que he tenido en la vida.
Estoy segura que no voy ni a una cuarta parte del camino, pero cada plática, cada entrevista me llena, dar voz a todas estas mujeres de la vida real que tienen tanto que aportar a esta emergente comunidad de mamás profesionistas.
Estar conscientes de que las oportunidades de aprendizaje las tenemos a nuestro alcance, considero que es la base para darle un nuevo sentido a nuestra vida. No soy más que una mamá profesionista de la vida real que siente pasión por compartir su experiencia.
Te invito a suscribirte a mi podcast.
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