Llegó el momento del regreso a clases y todavía no hay respuestas correctas a todas las preguntas que tenemos. Los niños y jóvenes llevan muchísimo tiempo lejos de la escuela. Algunos, ni siquiera saben lo que es convivir con niños de su edad que no sean sus familiares. La pandemia nos llegó por sorpresa y de tajo cambió la forma en la que estábamos acostumbrados a vivir.
En el 2019, cada integrante de la familia tenía sus tiempos, actividades, tiempos delimitados para compartir con familia, amigos y por supuesto para estar solos; de repente dejamos de tener esos tiempos y espacios, y tuvimos que convivir todos juntos sin mucho espacio propio, ya que 24/7 compartíamos todo.
Para algunas familias fue difícil acoplarse, unas al principio y otras más avanzado el confinamiento, y algunas otras no lo lograron, por más que intentaron.
Tiempo de aprendizaje
Aprendimos que convivir tan de cerca implica ceder, respetar, tolerar y mucha paciencia. No ha sido una tarea sencilla, pero de a poco se ha podido solucionar.
Soltamos las expectativas y aprendimos a montar la ola como venía, sacando provecho máximo de las herramientas que en esos momentos teníamos a mano.
Aún así, cada integrante de las familias ha pasado por momentos de ansiedad, estrés, intriga, miedo, tristeza. Ha sentido tantas emociones juntas que no sabe ni cómo nombrarlas. No todas logran salir de esos baches solas, muchas han tenido que solicitar ayuda profesional para levantarse.
Nuevos tiempos
Ahora se avecina un reto nuevo para los más jóvenes, ya que eventualmente, todos tendrán que regresar a las aulas escolares, reencontrarse con viejos amigos; algunos llegarán a escuelas nuevas sin haber tenido la oportunidad de despedirse de las personas con las que compartieron años de su vida.
Los mas pequeños, como mi hijo, asistirán por primera vez a la escuela y se encontrarán con muchos desafíos que tendrán que librar solos, de la mano de los adultos a cargo de la institución, ya que, después de casi dos años, estarán lejos de casa, de papá y mamá, aunque lo necesitan, será complejo sobrellevar ciertas situaciones.
Esta es una de las razones por las que es de suma importancia que, como adultos responsables de niños preescolares, nos tomemos el tiempo de hablar sobre qué tipo de educación queremos, qué escuelas son nuestras mejores opciones y elegir de forma consciente, tomando en cuenta las necesidades y habilidades de nuestros hijos.
Nuestra experiencia
En mi familia ya pasamos por ese momento, hemos elegido la escuela en la que nuestro hijo va a iniciar su vida escolar; cuando lo inscribimos nos dijeron que estaba por iniciar un curso de verano, que había opción presencial o en línea.
A mí me pareció magnifica idea para que mi hijo pudiera ir conociendo la escuela, a las mises y algunos compañeros. Cuando le comentamos que iría a la escuelita, estuvo feliz; el primer día iba encantado, el segundo día ya no fue tan feliz y el tercero de plano lloró amargamente.
No es que no le gustara la escuela o que alguien lo haya tratado mal, lo que no le gustó era que pasaba mucho tiempo lejos de su casita, y de papá y mamá. La verdad es que nunca le hablamos sobre el tiempo que estaría ahí y después de estar todo el día, todos los días en casa, fue muy duro para él.
Otro reto fue la convivencia con sus pares, mi hijo solo convive con sus primos y primas que son más grandes que él; en la escuela se encontró con que había más peques de la misma edad que él.
Terminó el curso de verano y nosotros notamos cambios desde la segunda semana: es más paciente, tolera mejor la frustración y ya disfruta convivir con niños de su edad y más pequeños.
Un nuevo año escolar diferente
Sí, es real que todos los niños tienen una gran reto al regresar a clases, ya sean presenciales o en línea. Estamos viviendo momentos para los que no estábamos preparados, pero es momento de hacer equipo en casa y en el colegio para que estos momentos de incertidumbre sean más llevaderos para nuestros hijos.
Sea cual sea la decisión que hayan tomado sobre el regreso a clases, es importante que le brindes seguridad y tranquilidad a tus hijos, así que no permitas que cuestionen tu decisión y mucho menos que la desacrediten.
Cada familia sabe qué es lo que sus integrantes necesitan.
Y tú, cuéntame: más allá del covid-19, ¿cuáles son tus miedos al pensar en el regreso a clases?