Hace 5 años me convertí en mamá antes de tiempo, 3 meses antes de tiempo…¿es eso posible? Sí, es más común de lo que crees. Después de que mi bebé nació a las 27.4 semanas por preeclampsia severa temprana y síndrome de hellp, me adentré a un mundo totalmente desconocido y lleno de emociones.
No te voy a mentir, no es fácil tener un bebé prematuro, o como a mi me gusta llamarlos: preemies. No es fácil porque nadie te prepara para ser mamá antes de tiempo cuando tu bebé lucha todos los días por sobrevivir a lo que se le presente, y esto, lo irás descubriendo en el camino las batallas por las que tendrá que pasar, porque la historia de cada guerrero es distinta.
La culpa de un parto adelantado
Esa idea que tenías de cuando te convertirías en mamá, ya no existe, se desvaneció tan rápido cuando te dicen “tu bebé tiene que nacer”, y tú solo puedes pensar “¡es muy pronto!”, “¿qué hice mal?”.
No pretendo explicarte como funciona la culpa en nosotras, mamás preemies (prematuras), porque es algo que se siente y entendemos sólo nosotras. Pero lo que sí te puedo compartir es cómo puedes apoyar a una mamá que como yo, está empezando una aventura que jamás imaginó, desconocida, con miedo, culpa y que está viviendo en automático.
8 consejos
En ese momento, cuando mi bebé estaba en la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) si alguien me hubiera preguntada que necesitaba, le hubiera contestado:
1. Ora mucho por mi bebé, seas creyente o no; la ciencia hará todo lo que está en sus manos, pero para poder ver un milagro crecer, hay que tener Fe.
2. Ora mucho por mí, para que como mamá, cuando sea necesario pueda ver las cosas con claridad y pueda acompañar a mi bebé en todo su desarrollo, y aprenda a aceptar lo que mi bebé me vaya marcando en el camino.
3. Dame espacio, no tengo noticias que darte todos los días. Habrán días, incluso semanas que todo será igual, o que demos pasos inconclusos, pero necesito procesarlos primero yo, antes de recibir tus palabras.
4. No te lo tomes personal si no te escribo o no te contesto, ahorita lo único que me importa es mi bebé, lo demás puede esperar, hasta yo puedo esperar.
5. Si quieres estar presente de alguna forma, mándame comida saludable a casa, estoy tan enfocada en mi bebé que no me acuerdo si comí o si le estoy dando a mi cuerpo lo que necesita después de haber tenido un bebé y ahora estar cuidándolo.
6. No me digas: “me imagino”, porque jamás podrías entender o imaginar a menos que lo hayas vivido, con un “los abrazo, aquí estamos” es suficiente.
7. No me preguntes cuándo saldrá mi bebé, porque ni yo lo sé, solo sé que de entrada son las semanas que le faltó estar dentro de mí.
8. No me digas que soy una gran mamá si no has vivido lo mismo que yo, porque no sabes lo que es sentir que tu primer rol de mamá lo fallaste… no te preocupes, más tarde entenderé que no fue mi culpa y sabré lidiar con la culpa.
Podría seguirme con una lista de 50 cosas, pero estás 8 son para mi las más importantes cuando una mamá esta pasando por este proceso, no puedo hablar de como lo vive un papá, pero si puedo asegurarte que lo vivimos distinto.
Recuerda: no intentes entender, cuida tus palabras y en tus pequeñas acciones puede estar el apoyo que necesitamos.