Desde pequeña me enseñaron lo importante que es la tierra, el campo, los animales y el papel tan importante que juega en nuestras vidas la relación que tenemos con el entorno. Ahora que soy madre, esa parte de mi que estaba en piloto automático hizo sonar la alarma cuando descubrí algo importante al comprarle comida a mi bebé.


Después de una primera parte donde os animaba a echar el vuelo como una forma de presentarme de quien soy y como llegué a México (puedes leerlo aquí), ahora quiero adentrarme en otro punto que para mi es vital: la sustentabilidad.

Estaba comprando las galletas que me parecían mejor para mi hija, y de pronto me di cuenta que me inquietó muchísimo: obtenía más basura que galleta en sí.  ¿Cuántas de nosotras no se ha encontrado que dentro de una caja vienen otras bolsas, porque así es más “fácil” tener las porciones?

O nos encontramos que dentro de una caja hay otro empaque para sacar el contenido. Bolsa, tras bolsa, empaque tras empaque, al final del día el bote de basura se llena rápida y fácilmente con estas cosas que por separado parecen poca cosa, pero que significa un gran impacto de contaminación al fin de cuentas.

Y a esto súmale los desechables de la fiesta, los de la comida a domicilio…  No sólo al consumirlo, sino también de quien lo produce. Estoy casi segura que todas han escuchado o leído noticias sobre la problemática existente relacionado con el cambio climático, o con la isla de basura que flota en algún lugar del océano, las innumerables especies en peligro de extinción y las repercusiones que todo ello nos ocasiona a nosotros mismos.

Pues bien, así, casi sin querer, emprendí en un negocio dedicado a la distribución de productos que puedan ayudar a la sustentabilidad, y sobre todo con la idea de difundir que la mejor basura es la que no se genera.

Y ¿os digo un secreto? He descubierto también que ser “ecofriendly” también ayuda a reducir los gastos de casa. ¿No te parece fantástico?

Si eres mamá quizá estés leyendo estas líneas con un poco de incredulidad, pero te invito a ti y todas las mujeres imperfectas que prueben con pequeños cambios y actos diarios.

Os dejo estos 6 tips que a mi me funcionaron y adapté a mi vida diaria.

1. Evita comprar empaques de plástico o tetrapack.

A veces un mismo producto lo puedes encontrar en botes de vidrio. Ese mismo bote lo vas a poder reutilizar tantas veces como quieras (hasta que se rompa…). Hallarás un recipiente hermético y son super fáciles de lavar.

2. Consigue bolsas de tela reutilizable para tus compras.

Se pueden usar muchísimas veces. Incluso puedes hacerlas en casa con camisas viejas. Os dejo un link de un tutorial super fácil y divertido.

3. Consume en tiendas a granel.

Sólo tienes que llevar un recipiente o bolsa reutilizable y listo. A demás que suele ser más económico por no tener empaque.

4. Evita consumir desechables de cualquier tipo.

Es muy fácil si consigues estos objetos para llevar en tu bolso: vaso o termo reutilizable, cubiertos y popote reutilizables: los puedes encontrar de metal, de bamboo, de plástico duro, silicón.

5. Compostables.

Si tienes que usar desechables en alguna ocasión, procura que sean compostables.

6. Consigue plantas florales para tener en las ventanas de tu casa.

No solo te ayudan a oxigenar tus espacios, darles color y olor, sino que también podrías estar echando una mano a los bichitos polinizadores.

 

¿Ya viste que no es difícil? ¿Y tú, ya estás cuidando nuestro planeta?