Si lo que quieres es que exista, en los hechos, una igualdad entre hombres y mujeres, debemos asegurarnos que debemos sensibilizar desde pequeños a nuestros hijos. No se trata de hacer una guerra de sexos, ni radicalizar cualquier pensamiento feminista, lo que hay que conseguir, trabajando duro, es la percepción de que una persona es igual a otra, sin importar su género.


En nuestra sociedad, donde el tiempo parece una montaña rusa de emociones y experiencias, es importantísimo fomentar la relación de pareja sana, que haga equipo para multiplicar las ganas y dividir las penas.

Para ello es vital que ambas partes den el 50% respectivamente -ni más, ni menos- y que cada uno vale lo mismo dentro de la pareja, y así se lo hagan saber el uno al otro.

Pero, ¿cuáles son los errores que dificultan e imposibilitan la igualdad real dentro de la pareja?

1. El  machismo:

Para combatir el machismo, debemos combatirlo con la sensibilización desde la infancia, la cultura y la educación. Busquemos crear una sociedad neutral que abogue por la justicia y trate a la mujer como igual. Una persona merecedora de todo, que no se sienta infravalorada y se encuentre apoyada para vivir como quiera. Eduquemos en igualdad.

2. La brecha salarial:

La brecha salarial dentro de una pareja también provoca conflictos. Si una mujer gana menos que un hombre por el mismo trabajo, el hombre seguirá sintiéndose superior y con mayor poder dentro de la estructura familiar, con derecho a gestionar la contabilidad de la pareja.  Busquemos que nuestro valor personal no vaya de la mano de un valor salarial.

3. La falta de conciliación familiar:

La conciliación familiar está ausente en casi todos los países. Si existiera, los permisos de paternidad/maternidad serían equitativos para que ambas partes pudieran responsabilizarse del cuidado de los hijos por igual. Sin embargo, está demostrado que cuando una mujer es madre, sus renuncias laborales por “conciliar” son mayores que las de los hombres, dando lugar a un techo de cristal en su ascenso y carrera profesional y volviendo a situarla por detrás del hombre.

4. La explotación en el hogar:

El tiempo promedio que las mujeres dan atención a la casa y a los niños siempre es mayor que la de los hombres. En el caso de hogares formados por una pareja e hijos, la mujer dedica, en promedio, 4 horas y 45 minutos diarios, mientras que los hombres, la mitad: 2 horas y 34 minutos.

Luchemos por crear equipo, compartir las tareas diarias, dividirlas y apostar por trabajar por igual. Que la mujer deje de ser la figura principal en el mantenimiento cotidiano, que se reduzca la carga mental de tener que sacar sola hacia delante un hogar.

Se dice que la fórmula de la felicidad en la pareja se basa en un trabajo constante, donde se deje de lado el egocentrismo o la superioridad y se apueste por la pluralidad de pensamiento. Hay veces que la suma de uno más uno se fractura, esta fórmula quiere que el resultado sea dos, un dos feliz y redondo que se sienta completo.